martes, 21 de julio de 2015

Nuestras calles: entre el pilar y la plaza: CALLE SANTIAGO

Ermita de Santiago, hoy ya conocida
más como "Virgen de la Cabeza"
Artículo publicado en la Revista "Al pie de la Parroquia".                
Ildefonso Rueda Jándula

UNA ERMITA CARGADA DE HISTORIA.

Desde principios del siglo XVI, el Hospital de Santiago ofrecía un servicio asistencial para los enfermos de la Villa, y cobijo para los transeúntes. Al mismo tiempo, la Cofradía de Santiago tenía entre sus normas costear el viaje de los enfermos de otros lugares hasta sus localidades de origen. Sin embargo, la ermita dedicada a este Santo, junto al Hospital será una construcción de la segunda mitad del siglo XVI, en la que participa el cabildo municipal costeando las obras de la espadaña.

La ermita de Santiago, estaba asociada al Hospital, desde el patronato que controlaba los bienes de esta fundación pía, y al Concejo o Ayuntamiento, que en algunas ocasiones celebraba los cabildos en la misma ermita. Sin lugar a dudas, el que nos haya llegado en perfecto estado el artesonado mudéjar que cubre el interior de la ermita se debe a que desde el caudal del patronato "Hospital de Santiago", se realizaban las oportunas reparaciones que han favorecido su conservación. Este mismo tipo de techumbre tuvieron otras ermitas como La Soledad o San Roque (?), aunque la suerte de éstas fue bien distinta.

Con anterioridad a la construcción de la ermita, la Cofradía de Santiago tenía la obligación de reparar la ermita de San Sebastián, que posteriormente se denominó Santa Ana. Estas tres devociones se unen, y así configuran la Cofradía de Santiago, San Sebastián y Nuestra Señora, según el documento siguiente perteneciente al año 1.569: "Hicieron parecer ante sí a Jerónimo de Lara mayordomo de la Cofradía de Señor Santiago desta villa e de nuestra Señora e San Sebastián y se le mando exsibir los libros que tiene la dicha Cofradía para aver lo que en ellos esta el qual esibió dos libros uno de Cofrades e otro de quentas de la dicha Cofradía e çiertas hordenanças de los quales es el uno de marca mayor angosto donde estan escriptos los cofrades e cofradas questan en esta cofradía a tres reales cada una cofrada e paresçe que las dichas hordenanças no están fermadas ni confirmadas de persona alguna... Otro libro de las quentas e paresçe ques a dos de mayo deste presente año tomó quenta el licenciado Villalvos provisor en nombre de su señoría del Obispo de Jaén de la renta desta Cofradía y montó el cargo que le hizo treynta e nueve myll e quatroçientos e zinquenta e quatro maravedís de renta de censos y de entradas de cofrades y alquiles de çera y de las limosnas que se an fecho y de alquiles de çera y ... mayordomo dio de descargo veynte myll quinientos e quarenta e tres maravedis en çera que a comprado y fiestas que a fecho e susidio que a pagado y llevar de proves salario de enterrador y de un çetro que conpro e de un çenso que dio a Francisco Barrera de doze ducados por manera que quedo e fincó alcançado el dicho mayordomo en diez y ocho mill e nueveçientos y honze maravedís. Tiene esta Cofradía quarenta e tantas myll mrs. De çenso principales en diez escripturas para de la renta e el comprar çera ... salario a la cofradía como se lleva de proves e reparo del ospital y ermita de San Sivastian Alonso de Lara Alonso Barrera Alonso de Aguylar Martín de Nicuesa."

Ménsula del coro alto de la ermita
Con la ruina de la ermita de San Sebastián, o Santa Ana, las imágenes pasan a la ermita de Santiago, cuyo hospital tenía la obligación de encender unas lámparas de aceite durante la noche de la víspera y festividad de Santiago y Santa Ana. Entre los bienes y gastos que se documentan en 1.823, destacamos los siguientes: ... compareció la ama que sirve a los enfermos llamada Fabiana Bermejo a quien se le mandó hiciese demostración y pusiese de manifiesto toda la ropa y muebles que tuviese el expresado Hospital /.../ un Santo Cristo con peana /.../ un cuadro con la pintura de nuestra Señora de las Angustias. Una arquita que sirve de altar para cuando se trae el Señor a los enfermos con su caída de damasco cojín de lo mismo, tapete y manteles /.../ Data. Primeramente lo son diez y siete arrobas y tres cuartas partes de otra consumidas en las luces de los enfermos, alimentos suyos y lámpara de Santa Ana en los días vísperas y de festividades de Santiago y siguiente...” 

Artesonado mudéjar en el interior de la ermita
El alistamiento de los soldados que la Villa disponía para las continuas guerras de la monarquía de los Austrias se hacía desde esta ermita, donde a su puerta se colgaba un tambor, como señal que indicaba el inicio del alistamiento. Así ocurrió en 1.588 cuando acude el capitán Marcos Gómez de Valenzuela con la bandera enarbolada, espada y daga, junto a otros hombres voluntarios armados con espadas, alacabuces, dagas, ballestas, alabardas y robelas. El Hospital, continuó en aquel lugar hasta el siglo XVIII, cuando se traslada a la calle Las Parras. La costumbre de la comida del Jueves Santo para los ancianos, en compañía del Prior, se mantiene hasta tiempos recientes, desde que la Orden de Calatrava impusiera la costumbre en la Villa: “He recibido del Sr. Depositario de fondos municipales la cantidad de doscientas cincuenta pesetas, importe de la comida servida a los ancianos que representaron a los Santos Apóstoles en el mandato de Jueves Santo del año de la fecha, habida en el Hospital de Santiago de esta villa con la comida extraordinaria dada a los enfermos hospitalizados con motivo de la festividad y ordenado todo ello por el Sr. Alcalde. Arjonilla, 28 de abril de 1945. La superiora, Hna. Ana Carvajal”.


ENTRE LA CÁRCEL Y LA CASA DE LAS  ALDABAS

Se decía de la casa de las Aldabas, que todos los que eran perseguidos podían acogerse a la justicia, agarrándose a una de estas aldabas, según manifestaba Pedro Albín. A falta de más datos que demuestren la función de esta conocida casa, cabe la posibilidad de pensar que la casa de las Aldabas acogiera un edificio de carácter municipal, aunque esto es poco probable. Sobre las aldabas, en relación con la justicia, sí puedo indicar que en Arjonilla el lugar concreto que representaba la jurisdicción real se llamaba "Argolla". En otros lugares, era un "rollo", donde se escarmentaba públicamente a los malhechores. Si es cierto, que próxima a la casa de las aldabas estaba la cárcel, en el número 6 de la calle Santiago, donde a veces se exponían los miembros mutilados de los condenados. En una ocasión, un vecino fue condenado a muerte y su cabeza fue expuesta en una jaula de hierro, que en su parte inferior tenía dos púas donde los ejecutores de la sentencia clavaron las manos del criminal. La jaula se expuso públicamente en la fachada de la cárcel.
Casa "de las aldabas". Fotograma del film dedicado
a Arjonilla por Antonio de Jaén en 1959
Capturado por Alfonso Rueda Nevado

En 1826, la fuga del preso Diego Caballero Velasco, es contada así por el alcaide de la cárcel: "Esta misma noche y a la hora que fue a dar cuenta a su merced le suplicó el preso Diego Caballero Velasco, lo sacase fuera del calabozo y al portal de la cárcel donde cenarían juntos; en efecto lo hizo así y apenas se había sentado en la mesa cuando le dijo, Antonio ¿tiene usted para echar un cigarro? le contestó que no y entonces el Diego manifestó que iba a pedirle un cigarrillo a Juan García, uno de los presos que estaban dentro del calabozo y al tiempo de salir el Diego Caballero de pedir dicho cigarrillo, se tiró de la puerta de dicho calabozo y se quedó echado el rastrillo y se arrojó al declarante con una navaja en la mano diciendo, Carajo, ya llegó esto, saca la llave de la puerta esa (que es la de en medio) y ábreme, y aunque trató de resistirlo, le dijo abriese pronto y de lo contrario lo mataba, y lo llevó asido del pescuezo abrió la puerta y le hizo meterse en el corral para irse dicho preso y en cuanto pudo escapar el que declara acudió al momento a dar parte a su merced de la ocurrencia.". Un vecino, Juan de Arroyo, fue testigo de la huida: "que la noche que se verificó la fuga del dicho salía de su casa que está un poco más abajo de la cárcel y vio un hombre en ropas menores que bajaba corriendo a cuanto podía a quien no conoció y dando algunos tropezones cosa que le llamó la atención y preguntó a una vecina si había conocido al que iba corriendo y le contestó que no, y al pasar por la puerta de la cárcel vio que salía el Ministro Antonio Escusa diciendo el preso, Diego se va, pero éste iría ya al menos por la casa que nombran de las aldabas que hay de distancia de la cárcel como un tiro largo de munición y se paró el declarante a enterarse de la ocurrencia en la puerta de dicha cárcel y a poco llegó el Señor Alcalde y escribano presentes”

La cárcel fue uno de los edificios del patrimonio municipal que se enajena en 1.925, por venta a Francisco Marchal Gómez, en cantidad de 6.200 pesetas. En junio de 1.936 el nombre de la calle experimenta su único cambio a lo largo de la Historia, pasando a llamarse calle de Luis Carlos Prestes. El mismo día, los gobernantes municipales solicitan el nombramiento de Luis Carlos Prestes como ciudadano de honor, "en símbolo de paz, contra el imperialismo".

CON NOMBRES Y APELLIDOS

Entre las personas que vivieron en la Calle Santiago podemos citar personajes de renombre al matrimonio Francisco García de Aguilar e Isabel Ruiz, que en 1.633 realizan testamento por el que hacen donación de su casa, en la plazuela de Santiago, a la Cofradía de la Virgen del Rosario, con la obligación de una fiesta solemne cada 7 de octubre. Poseían como esclavas a Ana, y una hija de ésta, llamada Eufrasia, y a las dos les conceden la libertad.

En el siglo XVIII, el cura Don Bernardo Antonio Calmaestra compra un solar lindero con casas de Francisco Serrano Moreno y Juan de Mestanza. El solar es un rincón de corral de otras casas "Y en su extensión todos los granados de dicho corral con los que se celebra esta venta atento a reparar varios perjuicios a dicho Señor comprador como son entre otros la rebalsa de las aguas que se hace por la parte de dicho extremo con que rebase los cimientos de dicho corral y sólo se evitan con la incorporación de uno y otro conque si desvanece la figura de la situación en corto terreno que les ocasiona"

Algo que nunca ha cambiado de la plazuela de Santiago, es su carácter comercial. Desde que en el siglo XVI, las carnicerías abastecían a la población desde este lugar, distintos comercios han perdurado, conservando esa tradición que la confiere como plaza menor de mercaderías. La "Comercial Velo" frente a la tienda de Calatrava eran dos recordados establecimientos. Hoy, en la casa que hace esquina, donde estrecha la calle que nos conduce al pilar hay un  autoservicio de comestibles "Virgen de la Cabeza", que antes fue la tienda de "Trabajitos" con posterioridad a la sastrería de Juan José Criado, quien protagonizó el famoso episodio del médico Don Manuel Fernández Alonso.

EL MILAGRO DE LA VIRGEN DE LA CABEZA


Cuentan que este doctor visitaba a los enfermos en coche de caballos y en cierta ocasión que bajaba la calle Santiago, se desbocó un caballo, no pudiendo hacer nada por detenerlo. El sastre, que desde su establecimiento vio lo ocurrido no dudó un momento y se echó a la calle para cubrir la cabeza del caballo con un paño, en la misma angostura de la calle. Las súplicas del médico durante este trance dirigidas a la Virgen de la Cabeza, dieron su fruto y el médico salvó la vida, por lo que según nos cuentan, donó una nueva imagen de la Virgen de la Cabeza, para quedarse con la antigua, que le había dispensado el milagro. La antigua imagen, llevada por las hijas del médico a la ciudad de Málaga se salvó de la guerra civil, que una vez finalizada, vuelve a su ermita de Santiago, a su calle, para salir por la puerta de alfiz bajo la espadaña de una campana, la más alegre de la Villa, que nos recuerda los sones de aquellas en lo más agreste de la Sierra Morena.